Durante
el último fin de semana de junio las llamas calcinaban decenas de miles de
hectáreas en las provincias de Castellón, Valencia, Murcia y Albacete, sin que
nadie del Gobierno se dignara a aparecer para dar respuestas y para colocarse
al frente de la crisis.
Eso sí,
ir a Sevilla a un acto de partido y asistir a un partido de fútbol fueron las
prioridades de Presidente del Gobierno.
Todo han
sido evasivas, silencios y agendas con prioridades más que dudosas dada la
situación de emergencia que se vivió. No fue hasta el lunes cuando apareció un
miembro del Gobierno por las zonas afectadas.
El
Gobierno no ha estado a la altura de los ciudadanos. Se han quemado más de 50.000 hectáreas .
Si se hubieran hecho previamente las labores de prevención, sin duda el fuego
no se hubiera propagado tan rápidamente.
El
Gobierno de Rajoy anunció la derogación de la Ley de Desarrollo Sostenible del
Medio rural y la ha dejado ya sin efecto, en la práctica, al eliminar este año
la partida presupuestaria destinada a su aplicación.
En Enero
el Gobierno del PP en la CV suprimió en la práctica el Art. 50 de la Ley de
Montes, aprobada por el Gobierno del PSOE, que prohíbe la recalificación de
suelos afectados por incendios en un período de 30 años. Esto supone no
especular en el territorio.
Mantener
una política estructural en el mundo rural, sostenida en el tiempo, destina a
fijar la población, la actividad y el empleo en los espacios naturales,
facilitando entre otros los sistemas de gestión forestal, es lo que debería
hacerse. Porque éstas son las herramientas más eficaces de prevención de
incendios.
El Grupo
Parlamentario Socialista (GPS) en el Congreso de los Diputados registramos la
semana pasada la solicitud de comparecencia del ministro de Agricultura,
Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, para que informe “de la
actuación de coordinación y refuerzo del
Gobierno en relación con los incendios declarados recientemente y de las ayudas
que tiene previsto implementar para los ayuntamientos y las zonas afectadas
como consecuencia de los mismos. Qué cuantías se van a destinar? Qué políticas
de reforestación se van a desarrollar? Habrá ayudas para ganaderos y
agricultores?
Prevenir
es curar, pero para los actuales dirigentes de los que depende es evidente que
los árboles no votan. Los ahorros en prevención acaban saliendo muy caros.
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