Cargas policiales contra mi orgullo de madre

Hoy me he levantado un poquito más feliz que  cualquier otro día y más orgullosa que nunca como madre. Y es que ayer por la mañana mi hijo mayor, acudió por primera vez en su vida y de motu proprio a las protestas estudiantiles que tuvieron lugar  en Castellón. Y es que él, aunque aún adolescente, ha sabido interpretar  el mensaje  que nos lanza el gobierno y piensa que muchos jóvenes se quedarán sin la posibilidad de estudiar en la universidad. Y es cierto. Según las afirmaciones realizadas por el Ministro Wert en el Foro Nueva Economía, sólo podrán acceder a la universidad aquell@s que se la puedan pagar, pues ha dicho que cambiarán la norma para que las familias de renta más baja sólo puedan enviar a sus hijos a estudiar si demuestran que son unos superdotados. Si eso se confirma será un nuevo paso atrás de España en ámbitos tan fundamentales como la Educación y la Igualdad, en los que tanto se avanzó con el PSOE.  Para mí, la crisis no puede ser una excusa para recortar derechos a los que más lo necesitan, porque la educación es un derecho y no un negocio. Debemos recordar que el Gobierno socialista destinó a becas el mayor presupuesto de toda la historia de España y sólo en becas y ayudas al estudio en el curso 2010-2011 se superaron los 1.603 millones de euros, teniendo en cuenta que estábamos en plena crisis económica. Sin embargo, el PP tiene otras prioridades y prefiere recortar en educación. Y Yo me pregunto, ¿qué les queda a nuestros jóvenes si les han quitado la renta básica de alquiler, les han congelado el salario mínimo interprofesional y ahora les retiran las becas? ¿Y cómo podrán asumir una reforma laboral que les engaña diciendo que les harán un contrato y al cabo de un año les despedirán sin ningún tipo se indemnización? No podemos consentir un ataque tan desmesurado contra el estado de bienestar. Como tampoco se pueden consentir las cargas policiales de ayer en Valencia, donde varios jóvenes fueron detenidos cuando, y según varios profesores, se manifestaban de forma pacífica. No se puede agredir ni golpear a personas que lo único que hacen es reivindicar sus derechos. Entre esos jóvenes podría haber estado mi hijo. Y llevo toda la vida enseñándole que la violencia no conduce a ninguna parte y que debemos defender lo que creemos justo mediante el diálogo y la paz. Mi orgullo de madre ha sido desplazado por las cargas policiales. No hay derecho.

                                                                  Foto: lavanguardia.com