El pasado 28 de Septiembre celebramos
el “Día de Acción Global por un el acceso al aborto seguro y legal”. Libertad y
autonomía para la mujer a la hora de decidir sobre su maternidad.
En
el año 1995, Naciones Unidas declaró en la “Plataforma de Acción de Beijing”
que los derechos humanos de las mujeres incluyen su derecho a ejercer el
control y decidir libre y responsablemente sobre las cuestiones relativas a su
sexualidad, incluida su salud sexual y reproductiva.
Pero hoy observamos con preocupación
la amenaza insistente de un gran retroceso por parte del Gobierno del PP. Con
la iniciativa anunciada por el Ministro Gallardón, entre los grandes cambios
que quieren introducir, está eliminar que una mujer pueda abortar cuando haya
una malformación grave del feto. Y es que nadie con un mínimo de sentido común
puede apoyar que se obligue a una mujer a tener un hijo con malformaciones
graves, sin más horizonte que la muerte prematura para el hijo, precedida de un
sufrimiento indecible para ambos.
También aquí el PP ha vuelto a engañar
a los que les votaron. Durante la campaña electoral aludían a la modificación
de la ley sólo en el tema referido a las menores. Pero no, la careta para
camuflar sus políticas más retrogradas y rancias ha desaparecido con la
soberbia y prepotencia de su mayoría absoluta. Ni Aznar se atrevió a tanto.
La
Ley del 2010 vino a corregir las deficiencias del anterior. Con ella nos
hemos equiparado a los países europeos y
sobre todo es una ley basada también en la educación sexual y su concepción
preventiva. Es una ley para que aquellas mujeres que han pasado por este trance
tan delicado como es un aborto no vayan a la cárcel por el hecho de haber
decidido dar un paso con libertad y decidiendo por ellas mismas. Es una ley que
acaba con la práctica clandestina.
Ahora con las pretensiones del PP, la
penalización en España de los derechos sexuales y reproductivos, provocará
inseguridad jurídica y sanitaria para las mujeres, al igual que en otros países
y en otros momentos de la historia de nuestro país, donde las mujeres se
enfrentaban a la cárcel, la pérdida de la salud e incluso la muerte.
En Pleno s. XXI en nuestro país todavía no hemos superado
tabúes. No hemos superado que la democracia nos debe
hacer iguales sin distinción de las posibilidades económicas. Con el anuncio de
esta reforma, el Gobierno del PP busca que haya en España mujeres de 1ª y
mujeres de 2ª. De nuevo estamos ante una cuestión ideológica. A la derecha no
le gusta la igualdad. Lo que le gusta es que haya diferencias de clases.
Mujeres de primera con dinero, que podrán pagar el viaje y los gastos para
abortar libre y legalmente, con todas las garantías sanitarias, en cualquiera
de los países de Europa que tienen una Ley como la que hoy tiene España. Y
mujeres de segunda, sin recursos, que volverán a tener que recurrir a la
práctica de abortos clandestinos, como si fueran delincuentes y con grave
riesgo para su salud.
Gallardón está tratando a las mujeres españolas como
seres inferiores, sin capacidad para decidir por sí mismas y a las que, por
tanto, hay que quitarles el derecho legal de hacerlo que ahora tenemos
reconocido.
Para
colmo de los colmos, la doble vara de medir de la iglesia católica se pone en
evidencia. La iglesia pretende que el Estado aplique penas y castigos y ellos
el perdón o la penitencia purificadora. Esto es hipocresía y demagogia.
Con este Gobierno del PP hemos pasado de luchar para
conseguir derechos a luchar para conservarlos. Ni un paso atrás. Por el derecho a decidir. Decidir nos
hace libres. Nadie puede obligar a una mujer a ser madre. Yo decido: Cómo,
cuándo y con quién ser madre.
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